El Conseller d’economia de la Generalitat, junto al asesor personal de ZP en temas económicos, en una reciente conferencia metropolitana ha sacado el espantapájaros de las futuras pensiones y su “sostenibilidad” (palabra mágica con la que se llenan la boca los políticos huecos de ideas, que no son todos pero sí son mayoría). Se atisba la preparación de una nueva vuelta al destornillador contra los trabajadores, hombres y mujeres. De momento, han lanzado el globo sonda periódico para continuar perforando la opinión de cada cual. ¡Ah! y atención a las barbas de los vecinos de la Unión Europea. El Parlamento y el Senado Alemanes ya han aprobado la jubilación a los 67 años. Aquí ya se habla hace tiempo de retrasar la edad de jubilación. También se habla de, poquito a poco, ir reduciendo la cuantía de las pensiones, pero sin decirlo claramente, con suavidad. ¿Cómo?, promediando los ingresos de toda la vida laboral, para algunos desde que eran aprendices. Pasaron, si recordamos, de dos a ocho años el promedio y más tarde a quince años. ¿ El próximo apretón ?......... Los mayores del lugar tendríamos que ir a leer la “biblia de la transición”, los Pactos de la Moncloa, para adivinarlo y deducir que el camino está ya diseñado. Claro está, si no hay la necesaria contrapropuesta social.
Respuestas escuchadas. ¡¡ Ni una !! . Cada cual saque sus conclusiones.
Para culminar el pastel con la “cerecita”, el ministro Caldera que, según algunos de sus correligionarios, es la versión más social del gobierno, va a promover que las reservas acumuladas de la Seguridad Social se inviertan en fondos de inversiones. Estos fondos invierten en las diferentes bolsas mundiales y, como afirma un querido amigo, son fondos de depredación de las economías más débiles del planeta. Pero, me pregunto, ¿tiene un ministro de nuestro gobierno la legitimidad moral necesaria para invertir de forma especulativa las reservas que han de servir para afrontar también las futuras pensiones? Estas reservas pertenecen a la Seguridad Social y la Seguridad Social no es del gobierno, la Seguridad Social es de los que la pagamos. Y, por descontado, que no somos todos los ciudadanos. Si no hay contrapropuesta social, que me parece que no la hay, tendremos que estar todos los trabajadores pendientes de la marcha de las bolsas y de los fondos de inversiones para saber si llegaremos a cobrar o no pensión sufciciente de jubilación, y eso sin considerar otros pensionistas de la Seguridad Social a los que también les afectará. Y, ¡atención los más jóvenes!, ya que si la vida los “sostiene” vivos hasta la jubilación se las tendrán que ver y desear para sobrevivir. ¿O acaso no lo estamos viendo hoy con miles de personas mayores
en situaciones de flagrante pobreza ? Recordemos que estas personas también gozaron de una juventud y madurez, trabajando mucho, pero sin tanta penuria económica como en su vejez. Hay que tomar conciencia de futuro y pensar qué puede hacer cada cual y cómo.
Por hoy, eso es todo. Las fuerzas regresivas empujan la piedra de Sísifo haciéndola rodar hacia el valle y van a hacer falta muchas inteligencias honestas y brazos para empujarla hacia arriba.
Respuestas escuchadas. ¡¡ Ni una !! . Cada cual saque sus conclusiones.
Para culminar el pastel con la “cerecita”, el ministro Caldera que, según algunos de sus correligionarios, es la versión más social del gobierno, va a promover que las reservas acumuladas de la Seguridad Social se inviertan en fondos de inversiones. Estos fondos invierten en las diferentes bolsas mundiales y, como afirma un querido amigo, son fondos de depredación de las economías más débiles del planeta. Pero, me pregunto, ¿tiene un ministro de nuestro gobierno la legitimidad moral necesaria para invertir de forma especulativa las reservas que han de servir para afrontar también las futuras pensiones? Estas reservas pertenecen a la Seguridad Social y la Seguridad Social no es del gobierno, la Seguridad Social es de los que la pagamos. Y, por descontado, que no somos todos los ciudadanos. Si no hay contrapropuesta social, que me parece que no la hay, tendremos que estar todos los trabajadores pendientes de la marcha de las bolsas y de los fondos de inversiones para saber si llegaremos a cobrar o no pensión sufciciente de jubilación, y eso sin considerar otros pensionistas de la Seguridad Social a los que también les afectará. Y, ¡atención los más jóvenes!, ya que si la vida los “sostiene” vivos hasta la jubilación se las tendrán que ver y desear para sobrevivir. ¿O acaso no lo estamos viendo hoy con miles de personas mayores
en situaciones de flagrante pobreza ? Recordemos que estas personas también gozaron de una juventud y madurez, trabajando mucho, pero sin tanta penuria económica como en su vejez. Hay que tomar conciencia de futuro y pensar qué puede hacer cada cual y cómo.
Por hoy, eso es todo. Las fuerzas regresivas empujan la piedra de Sísifo haciéndola rodar hacia el valle y van a hacer falta muchas inteligencias honestas y brazos para empujarla hacia arriba.
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